
Santiago Ramón y Cajal (nacido en Petilla de Aragón (Navarra), el 1 de mayo de 1852 - muerto en Madrid, 17 de octubre de 1934) fue un histólogo y patólogo español, obtuvo el premio Nobel de Medicina en 1906 por descubrir los mecanismos que gobiernan la morfología y los procesos conectivos de las células nerviosas, una nueva y revolucionaria teoría que empezó a ser llamada la «doctorina de la neurona».
Vivió su infancia entre continuos cambios de residencia por distintas poblaciones aragonesas según el trabajo de su padre, que era médico-cirujano, su familia abandonó su pueblo natal y se mudó a Larrés (1854), Luna (1855), Valpalmas (1856), Cartagena (1858) y Ayarbe (1860). De carácter muy travieso y con una gran determinación, Santiago mostró, desde pequeño, aptitud para las artes plásticas, especialmente para el dibujo.
Cursó la carrera de Medicina en Zaragoza,donde toda su familia se trasladó en 1870. Cajal se centró en sus estudios universitarios con éxito y, tras licenciarse en medicina, fue llamado a filas.
Le siguieron otros tantos triunfos e invitaciones, desde la Medalla Helmholtz (1905) hasta el Premio Nacional de Moscú(1900), pasando por los nombramientos de doctor honoris causa de las universidades de Clark, Boston y Cambridge en 1899, el mismo año en el que publicó el tercer fascículo de su Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados, que se completaría en 1900 y 1901. A partir de esta fecha, el gobierno español crearía también para él el Laboratorio de Investigaciones Biológicas, que dio origen a la Escuela Española de Neurohistología, uno de los centros científicos más importantes del país. Fue nombrado por Franco, a título póstumo en 1952 Marqués de Ramón y Cajal.
Herederos de Santiago Ramón y Cajal

Su trabajo y su aportación a la neurociencia se verían reconocidos, finalmente, en 1906, con la concesión del Premio Nobel de Fisiología y Medicina, galardón que compartió con el médico italiano Camillo Golgi, cuyo método de tinción aplicó Cajal durante años. Tras el premio, Cajal aún publicó muchas obras literarias y biográficas y sus Estudios sobre la degeneración del sistema nervioso. Mientras tanto, se consagró a sus alumnos. Ellos fueron quienes le acompañaron, por expreso deseo del propio Cajal, en su último adiós, ocurrido el 17 de octubre de 1934, poco después de publicar su conocida obra El mundo visto a los ochenta años.
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tus muertos
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